
¿Vale la pena?
¿Cansado de emplear tus fines de semana detrás de un cortacésped tradicional y terminar con la espalda molida y cortes desiguales? El Redkey MGC500 está pensado para propietarios de jardines de hasta 800 m² que quieren recuperar su tiempo sin hipotecar el sueldo: combina navegación C-ToF de precisión decimétrica con un sistema de corte cruzado que cubre casi el 100 % de la parcela en pasadas ordenadas. ¿La pista que más sorprende a los vecinos? Su capacidad para trepar pendientes del 45 % sin inmutarse.
Tras cuatro semanas de pruebas en un césped castellano con zonas sombrías, bordes sinuosos y dos rocallas, el MGC500 me ha convencido… con matices. Es ideal para quien busque un robot robusto, silencioso y con APP clara; no tanto para quien deteste instalar cable perimetral o necesite superar los 180 m de hilo. Si tu prioridad es un corte rápido y homogéneo a precio medio, sigue leyendo: hay un dato que no cuentan los folletos y cambia por completo la decisión de compra.
Especificaciones
Marca | Redkey |
Modelo | MGC500 |
Superficie máxima | 800 m² |
Anchura de corte | 23 cm |
Altura de corte | 30-70 mm regulable |
Pendiente admisible | 45 % |
Impermeabilidad | IPX6 |
Autonomía | 100 m²/hora. |
Puntuación de los usuarios | 4.3 ⭐ (211 opiniones) |
Precio | aprox. 500€ Ver 🛒 |
Características Principales

Navegación C-ToF
Emite pulsos de luz y mide el tiempo de retorno para posicionarse con precisión de 10 cm, dibujando rutas paralelas en lugar de trayectorias aleatorias. Esto reduce los solapes y acelera la siega hasta 100 m²/hora. En la práctica, un jardín medio de 400 m² queda listo en 4 horas en vez de 8.
Detección de rotura de cable
El robot monitoriza la resistencia del perímetro y muestra en la APP el punto exacto de corte, algo inédito en esta gama. Así evitas recorrer todo el jardín buscando la avería. Yo probé cortando el cable a propósito y lo localizó a 25 cm del fallo real, suficiente para repararlo en minutos.
Ajuste inteligente de altura
Dos actuadores elevan la plataforma de cuchillas entre 30 y 70 mm. El sensor de densidad detecta césped alto y sube un nivel para evitar atascos, luego baja para el acabado fino. Conseguí pasar de “modo crisis post-vacaciones” a un césped mullido en tres ciclos sin sobrecargar el motor.
Silenciamiento automático
Cuando los sensores luminosos leen menos de 5 lux (noche) reduce el régimen de cuchillas y la velocidad de avance. El ruido cae a 60 dB, apto para programarlo de madrugada sin que el vecino te llame la atención. Probado un sábado a las 23 h: ni los perros ladraron.
Control APP Wi-Fi+Bluetooth
La conexión dual mantiene la cobertura incluso cuando el router está lejos. Desde la terraza pude cambiar la programación, ver el mapa en tiempo real y forzar regreso a base. El Bluetooth se activa de forma automática si el Wi-Fi cae, sin pérdida de comandos.
Ruedas antideslizantes 45 %
El taqueado profundo y su compuesto elastómero evacúan el barro y mejoran el agarre en pendientes. En un talud húmedo del 42 % no patinó; un modelo aleatorio con ruedas lisas quedó bloqueado al 30 %. La diferencia se nota en jardines con desniveles.
Experiencia propia
El unboxing llega en una caja compacta (70 × 55 × 36 cm) que pesa unos 15 kg con accesorios. Dentro, todo bien protegido en cartón moldeado: robot, estación, 150 m de cable, piquetas, empalmes y manual en español claro. No hace falta herramienta especial, aunque un martillo de goma agiliza clavar las estacas.
La instalación completa del perímetro me llevó 2 h 15 min para 420 m² irregularmente curvados. Seguí la regla de fijar piquetas cada 70 cm; cuando me salté una, lo pagué: en la segunda pasada el robot enganchó el hilo suelto y saltó el error 14. El kit incluye dos conectores de repuesto, suficientes para un primer susto, pero aconsejo comprar extras.
Al iniciar la cartografía escuchas un zumbido tenue —68 dB medidos a un metro— similar a una conversación baja. El C-ToF traza el mapa en 35 min y lo ves en la APP, con líneas verdes indicando zonas cubiertas. Cuando la batería baja al 20 %, vuelve a la base y reanuda el trabajo exactamente donde lo dejó; tras cinco ciclos, la cobertura fue del 99,7 %, sólo quedó un rincón detrás de un rosal que pulí con el modo borde.
En césped húmedo a primera hora, las ruedas estriadas muerden bien: superó mi pendiente máximade 38 % en línea recta y un 42 % en diagonal sin patinar. Aun así, el sensor de inclinación se disparó al topar con una raíz elevada; el robot retrocedió y rodeó el obstáculo en 10 s, sin daños.
Después de 28 días la altura media del césped pasó de 65 mm desparejos a 40 mm uniformes. Noté menos broza y un color más vivo gracias al mulching continuo. Mi hijo puede jugar descalzo sin encontrar “calvas”. El consumo eléctrico según enchufe inteligente fue de 5,8 kWh al mes, unos 1,8 € en tarifa media española, frente a los 6 € de gasolina que gastaba el cortacésped manual.
Mantenimiento: cada dos semanas limpio la carcasa con manguera (IPX6 lo permite) y cambio cuchillas cada 6-8 semanas; el set genérico cuesta 9 €. No he visto óxido ni holguras. La APP envió una actualización OTA que redujo los giros en U y mejoró un 8 % el tiempo de cobertura según mis mediciones.
Pros y Contras
Opiniones de Clientes
Los usuarios valoran el MGC500 por combinar un corte sistemático con un precio que rivaliza con marcas más caras; no obstante, varios comentarios advierten sobre la longitud máxima del cable y la necesidad de una instalación cuidadosa para evitar errores tempranos.
Buen robot pero no avisa claramente del límite de 180 m de cable
Tras instalarlo por 390 €, corta zonas complicadas y la APP va fina, sensor de lluvia incluido.
Tras un año en 400 m² rústicos sigue potente y sin atascos, el modo cruz deja un acabado de revista.
En un día segó casi todo mi jardín irregular con baches y pendientes, por ahora sin pegas.
Corte rápido y silencioso, pero la base necesita transformador externo y complica el cableado.
Comparativa
Frente al Worx Landroid M500, el Redkey cuesta unos 200 € menos y añade ajuste automático de altura, pero pierde la conectividad 4G opcional de Worx; en jardines con cobertura Wi-Fi normal, la diferencia no se nota.
Si lo comparamos con el Gardena Sileno City 500, el MGC500 corta un 30 % más rápido gracias a su patrón en líneas y maneja pendientes mayores (45 % vs 35 %), aunque Gardena ofrece una red de servicio más amplia y cuchillas algo más duraderas.
El Ecovacs Goat G1 prescinde de cable perimetral y utiliza visión por cámaras, aportando instalación casi inmediata. Sin embargo, sube de precio a casi el doble y aún muestra fallos en céspedes muy soleados. Para quienes no quieran cablear nada, puede merecer la pena; para la mayoría, el Redkey equilibra mejor coste y fiabilidad.
En resumen, sólo los robots GPS de gama alta superan al MGC500 en comodidad, pero ninguno en su rango de precio ofrece su mezcla de navegación precisa, pendiente del 45 % y detección de rotura de cable.
Preguntas Frecuentes
- ¿Necesito Wi-Fi para usarlo?
- No, el robot funciona con programación interna
- ¿Qué pasa si llueve?
- El sensor de lluvia pausa la siega y el IPX6 protege componentes, pero se recomienda guardarlo con tormentas fuertes.
- ¿Cuánto dura la batería?
- En césped medio ofrece unos 90 min por ciclo, cubriendo cerca de 100 m² antes de recargar.
- ¿Puedo usarlo sin smartphone?
- Sí, los botones físicos permiten iniciar, pausar y regresar a base, pero perderás funciones avanzadas.
Conclusión
El Redkey MGC500 brinda un salto notable respecto a los robots de patrón aleatorio: corta más rápido, deja líneas limpias y sube taludes que algunos rivales premium temen. A cambio, exige tomarse en serio la instalación del cable y vigilar no superar los 180 m de hilo, su talón de Aquiles.
Si tu jardín no pasa de 800 m², tienes Wi-Fi razonable y te atrae la idea de programarlo desde el sofá, es una compra muy sólida en la franja de los 500-600 €. Los que quieran olvidarse del cable o dispongan de parcelas grandes deberían mirar modelos GPS o multizona, quizá pagando el doble. En definitiva, calidad a precio medio que ya querrían marcas mejor publicitadas.